¿Se fusionan o se repelen? Te explicamos lo que ocurre cuando 2 Tormentas Tropicales se encuentran en el océano
En este reporte, te contamos qué sucedería si dos tormentas tropicales colisionan, basándonos en evidencia científica y ejemplos históricos.
En un mundo donde el cambio climático intensifica los fenómenos meteorológicos, la posibilidad de que dos tormentas tropicales se acerquen lo suficiente como para interactuar genera alerta entre expertos y comunidades costeras.
Imagina dos remolinos gigantes en el océano, girando en la misma dirección, que de repente comienzan a "bailar" alrededor de un centro común. Esto no es ciencia ficción, sino un fenómeno real conocido como el Efecto Fujiwhara, que podría alterar drásticamente los pronósticos del tiempo y poner en riesgo vidas y propiedades.
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En este reporte, te contamos qué sucedería si dos tormentas tropicales colisionan, basándonos en evidencia científica y ejemplos históricos, mientras vigilamos un posible caso en el Atlántico en estos días de septiembre de 2025.
El Efecto Fujiwhara debe su nombre al meteorólogo japonés Sakuhei Fujiwhara, quien lo describió por primera vez en 1921 en un estudio sobre vórtices en el agua. Más tarde, se aplicó a sistemas atmosféricos, especialmente ciclones tropicales.
Según los expertos, este efecto ocurre cuando dos vórtices ciclónicos —como huracanes o tormentas tropicales— se acercan a una distancia de aproximadamente mil 400 kilómetros (870 millas) entre sí. En ese punto, sus centros comienzan a girar uno alrededor del otro en sentido ciclónico: antihorario en el Hemisferio Norte y horario en el Sur.
La interacción se intensifica si la distancia se reduce a 650 kilómetros (400 millas), y puede culminar en una fusión cuando están a menos de 300 kilómetros (190 millas).
El mecanismo detrás de esto es fascinante y complejo. Los dos sistemas de baja presión se atraen mutuamente debido a sus circulaciones de viento ciclónicas . No chocan de frente como en una colisión vehicular, sino que orbitan alrededor de un punto intermedio. Si las tormentas son de tamaños similares, podrían simplemente rotar y luego separarse, disipando energía en el proceso.
Sin embargo, si una es mucho más grande y fuerte que la otra, la dominante tiende a absorber a la más débil, incorporando su humedad y energía, lo que podría intensificar la tormenta mayor o alterar su trayectoria de manera impredecible. En casos raros, dos sistemas débiles podrían fusionarse en un ciclón más grande y potente.
Historia muestra los riesgos de choque entre tormentas tropicales
No se trata solo de teoría: la historia está llena de ejemplos que ilustran los riesgos. En 2009, los tifones Parma y Melor en el Mar de Filipinas interactuaron bajo este efecto, causando un giro inesperado que prolongó la exposición de las islas a lluvias intensas y vientos fuertes, resultando en inundaciones devastadoras.
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Otro caso notable ocurrió en 2021 con las tormentas Odette y Seroja en el Océano Índico, donde la interacción aceleró su intensificación entre el 7 y 9 de abril, llevando a un impacto mayor en regiones como Indonesia y Australia Occidental.
Incluso en eventos extra tropicales, como el brote de tornados en el Medio Oeste de Estados Unidos en abril de 2011, se observó cómo ciclones interactuaban, exacerbando condiciones severas.
En el contexto actual, los meteorólogos están atentos a un posible escenario en el Atlántico. El Huracán Humberto, actualmente en el Atlántico central, se espera que se fortalezca y se mueva hacia el noroeste.
Al mismo tiempo, un área de tormentas cerca de las Bahamas podría desarrollarse en una depresión tropical y luego en la Tormenta Tropical Imelda para finales de esta semana o inicios de la próxima. Si estos sistemas se acercan a unos cientos de millas, el Efecto Fujiwhara podría entrar en juego, influyendo en sus fuerzas y trayectorias.
Según pronósticos, tormentas de fuerza similar podrían orbitar y separarse, como sucedió con los Huracanes Hilary e Irwin en 2017, que se debilitaron tras una interacción prolongada.
Pero si Humberto domina, podría absorber al sistema más débil, cambiando su camino y potencialmente dirigiendo vientos más fuertes hacia la costa sureste de Estados Unidos. En 2022, el Tifón Hinnamnor consumió una depresión tropical, alterando su ruta de forma dramática.
Los impactos de tal colisión no son menores. La imprevisibilidad complica los modelos de pronóstico, ya que factores como el tamaño de las tormentas, su distancia exacta y las condiciones atmosféricas prevalecientes —como corrientes de chorro o vientos cortantes— determinan el resultado.
Para las comunidades, esto significa evacuaciones potencialmente erráticas, inundaciones costeras amplificadas y daños económicos millonarios. Expertos del Servicio Nacional de Meteorología de Estados Unidos advierten que, aunque el efecto es raro, su ocurrencia en temporadas activas como la de 2025 —marcada por temperaturas oceánicas récord debido al calentamiento global— aumenta los riesgos.
En resumen, si dos tormentas tropicales "chocan", no hay una explosión literal, sino una danza atmosférica que puede debilitar, fusionar o redirigir los sistemas. La clave está en la precaución: monitorea los boletines del Centro Nacional de Huracanes y prepárate para cambios rápidos.
En un planeta cada vez más volátil, entender fenómenos como el Efecto Fujiwhara no solo informa, sino que salva vidas. Mantente alerta; el océano no avisa con antelación.
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