¿Lo sabías? Este es el origen de la lucha libre en México
Contrario a lo que muchos creen, la lucha libre mexicana no se originó en el siglo XX, sino que tiene su raíz en el siglo XIX.
La lucha libre es más que un deporte en México; es un pilar de su folclor y cultura. Con sus máscaras coloridas, acrobacias espectaculares y la pasión desbordada de la afición, este deporte espectáculo se ha convertido en un fenómeno que representa la identidad nacional.
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Sin embargo, su camino para llegar a ser lo que es hoy en día es una historia de adaptación cultural, innovación y la creación de héroes de carne y hueso, misma que, hoy, en el Día Nacional de la Lucha Libre, te la contamos.
Hoy en el Día Nacional de la Lucha Libre celebramos orgullosamente nuestra tradición y a todos los integrantes que forman parte de nuestra familia, luchadores y aficionados. ???????? pic.twitter.com/wl8ZulG96q
— Lucha Libre AAA Worldwide (@luchalibreaaa) September 21, 2025
Los primeros pasos: Un origen del siglo XIX
Aunque muchos asocian el nacimiento formal de la lucha libre con el siglo XX, sus raíces en México son mucho más profundas. Los primeros registros de este deporte en el país datan de 1840, casi un siglo antes de su formalización.
En aquel entonces, las demostraciones de lucha grecorromana, judo y jiu-jitsu se realizaban en plazas públicas, teatros e incipientes arenas de boxeo.
Incluso durante la Segunda Intervención Francesa (1864-1867), estos espectáculos continuaron, demostrando su creciente arraigo a pesar del conflicto político.
El pionero considerado como el inventor de lo que hoy conocemos como lucha libre mexicana fue Enrique Ugartechea, quien en 1863 diseñó una nueva disciplina basada en la lucha grecorromana.
A principios del siglo XX, la promoción de eventos estaba principalmente en manos de extranjeros, como el italiano Giovanni Resselech y el belga Constant le Marín, quienes organizaban funciones en la Ciudad de México y presentaban combates entre luchadores de distintas nacionalidades.
La era moderna: La fundación de una institución
El punto de inflexión para la lucha libre mexicana llegó el 21 de septiembre de 1933. Ese día, Salvador Lutteroth González, hoy considerado el "padre de la lucha libre", fundó la Empresa Mexicana de Lucha Libre (EMLL), que más tarde se convertiría en el Consejo Mundial de Lucha Libre (CMLL).
La primera función oficial se celebró en la Arena México, antes conocida como Arena Modelo, marcando el inicio formal del deporte en el país.
???????? ¡El CMLL está de fiesta!
— Lucha Libre CMLL (@CMLL_OFICIAL) September 21, 2025
Desde 1933 hemos sido testigos del nacimiento de ídolos, rivalidades y generaciones que han hecho grande a La Mejor Lucha Libre del Mundo… ¡Orgullosamente Mexicana! ????????
Gracias a la mejor afición por mantener viva esta tradición.#92AniversarioCMLL pic.twitter.com/szTmH9ITgA
Tal es la importancia de esta fecha que, desde 2019, cada 21 de septiembre se conmemora el Día Nacional de la Lucha Libre y del Luchador Profesional Mexicano.
Con el tiempo, la EMLL se consolidó como la empresa de mayor categoría en México y a nivel mundial, y su éxito inspiró la creación de otras importantes organizaciones como la AAA y la IWRG.
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La máscara: símbolo de identidad y legado ancestral
Si hay un elemento que define a la lucha libre mexicana, es la máscara. Este icónico accesorio no solo oculta la identidad del luchador, sino que le otorga una personalidad y un personaje único.
Curiosamente, la tradición de la máscara no fue iniciada por un mexicano. Fue un luchador estadounidense llamado Corbin James Massey, conocido en México como Ciclón MacKey, quien, a sugerencia de Salvador Lutteroth, utilizó una para ocultar su identidad en 1934 tras un debut poco afortunado.
La primera máscara, incómoda, fue perfeccionada por Don Antonio Torres, un zapatero que tomó 17 medidas de la cabeza de Massey, estableciendo un estándar que perdura hasta hoy.
Massey luchó bajo el nombre de "La Maravilla Enmascarada", cimentando una nueva visión de los guerreros del ring.
Aunque El Murciélago Velázquez fue el primer luchador mexicano en portar una máscara, la verdadera popularidad de este elemento llegaría con leyendas como El Santo, Blue Demon, Mil Máscaras y Rayo de Jalisco.
El origen de esta tradición se remonta a un posible mito precolombino, donde guerreros toltecas y mayas usaban máscaras de animales para intimidar a sus enemigos, una idea que los luchadores retomaron para crear sus personajes y luchar anónimamente.
Un fenómeno cultural inmortal
Hoy en día, la lucha libre es un Patrimonio Cultural Intangible de la Ciudad de México. Recintos como la Arena México y la Arena Coliseo son "catedrales" donde se vive una mezcla de deporte y secuencias teatrales.
Los luchadores son vistos como héroes que combaten el mal, y su fama ha trascendido el ring, llegando al cine con el género "Lucha Film", protagonizado por figuras como El Santo, quien se convirtió en un ídolo nacional e internacional.
La tradición continúa a través de dinastías, con hijos y sobrinos que adoptan los nombres de sus antecesores para mantener vivo el legado, como El Hijo del Santo o Rey Mysterio Jr.
Así, la lucha libre mexicana sigue evolucionando, pero manteniendo la esencia que la convirtió en una parte inseparable del alma de México.
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