Noche de terror en Tlajomulco. Miguel salió a trabajar y regresó a su casa una mañana después: tuvo que pasar la noche en un camión de la ruta 619
La pesadilla de un pasajero en la avenida Adolf B. Horn. Te contamos cómo Miguel y decenas de personas pasaron la noche varadas en un camión por las inundaciones del 8 de septiembre en Tlajomulco, Jalisco.
Lo que para Miguel sería un día normal de trabajo se convirtió en una historia de terror y desesperación. El habitante de Tlajomulco abordó un autobús de la ruta 619 al salir de su trabajo y jamás imaginó que ese día la lluvia y las afectaciones en la Avenida Adolf B. Horn le impediría llegar a descansar a su casa.
La fuerte lluvia que azotó a la ciudad el 8 de septiembre en el Área Metropolitana de Guadalajara inundó vialidades que incluso obligó a choferes del transporte público a detener su ruta para salvaguardar la integridad de los pasajeros, pues algunos tuvieron que dormir en el interior de las unidades de transporte público.
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Miguel, Mike Morales como se hace llamar en redes sociales, narró su experiencia a TELEDIARIO. Compartió cómo al quedar atrapado durante toda la noche vivió horas de incertidumbre en el camión de transporte público, sin entender lo que ocurría, sin recibir auxilio de ninguna autoridad y sin batería en el celular.
“No sabía nada... ni una patrulla, ni bomberos, ni protección civil, nadie se apareció para decirnos, ¿saben qué? Está cerrado por esto, pues, nada”, narró Miguel.
¿Cómo vivió la inundación Miguel, pasajero de la ruta 619?
Miguel termina su jornada de trabajo a las 5:30 de la tarde y toma más de una ruta de camión para regresar a su casa. Recuerda que una vez en la Nueva Central Camionera tomó la ruta 619, cartel amarillo, mismo que se había demorado en llegar.
“Yo trabajo para la zona de los cubos y salí de trabajar 5 y media de la tarde, un trayecto relativamente normal hacia la Central Nueva, llegando a a esta zona tomé el camión a mi casa, que es el 619, cartel amarillo, alrededor de las siete o siete y media de la noche. El camión se había tardado más de lo usual y había un poco de lluvia, pero no le prestamos atención”, relató Miguel, afectado por la inundación del 8 de septiembre.
El trayecto, que normalmente es rutinario, se complicó por todo el tráfico inusual en la zona de Periférico y Chapala, agravado por lluvias. “A vuelta de rueda” el conductor intentó rodear por diferentes rutas, llegando hasta 8 de Julio para luego quedar atrapados.
Cuando el reloj ya marcaba las 10:30 de la noche, el autobús ya no podía avanzar más y continuar su ruta. Miguel contó que la unidad iba repleta, había mucha gente parada que empezó a rolar los asientos y las personas pudieran descansar un poco, especialmente cuando llevaban cerca de 3 horas de pie.
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Ni autoridades ni comunicación con sus familias; así pasaron la noche los pasajeros del autobús
Con el transcurrir del tiempo Miguel y muchos otros pasajeros se quedaron incomunicados, pues la batería de sus celulares se había agotado. Avisar a sus familiares que se encontraban en una unidad se volvió complicado.
“Ni cómo avisarle a tu familia, tienes que estar pidiéndole prestado el teléfono a diferentes personas de otros camiones, o que te permitieran por lo menos hacer una llamada rápida y avisar que estabas bien, y como no había autoridades, pues no, realmente no sabía qué estaba pasando”.
Las horas transcurrieron y la preocupación continuaba aumentando. El camión de la ruta 619 ya no era el único varado, más camiones y automovilistas estaban completamente detenidos en medio de la madrugada sin saber qué hacer y sin recibir ayuda de ninguna autoridad.
“Hubo varios que se empezaron a bajar en la noche, así se arriesgaron a irse caminando a la zona de Coppel, este, pues fueron transcurriendo las horas, se hicieron las 2 de la mañana, 3 de la mañana, y nos tocó dormir ahí. El chofer muy amable, nos preguntaba cómo estábamos. Algunos bajamos a preguntar a a otros choferes de otras rutas si sabían algo más, porque, pues, no había autoridades, no había ni patrullas ni tránsito ni bomberos, nadie sabía nada."
Según el conteo y los recuerdos de Miguel, el camión en que se subió llevaba cerca de 50 personas y cerca de 20 decidieron bajarse.
Continuaron pasando las horas y la desesperación de automovilistas siguió creciendo. Miguel pudo ver como algunos carros y otros camiones se arriesgaron a seguir avanzando en medio de la inundación, lo que permitió que la unidad en la que viajaba Miguel pudiera avanzar un tramo más.
¿A qué hora pudo regresar Miguel a su casa?
Dieron las 6 y media de la mañana cuando Miguel decidió continuar su camino por su propia cuenta, ya había pasado casi 12 horas en un autobús que debía llevarlo hasta su hogar y que no pudo lograrlo debido a una ciudad que le falló en infraestructura.
En lugar de poder llegar a descansar a su casa, Miguel, como otros pasajeros, llegó por la mañana a su domicilio, prácticamente a la hora que ya debía estar llegando de nuevo a su trabajo para otra jornada. Atravesó calles inundadas con agua que le llegaba a la rodilla durante hora y media con el riesgo que esto conlleva.
“Algunos carros o camiones se aventaron a pasarse y pudimos avanzar un poco, pero más adelante, a la altura de un negocio de andamios, paramos definitivamente y, pues, terminamos de pasar la noche ahí, hasta que se hicieron las 6, 6 y media y, pues, decidí bajarme y llegar caminando a mi casa, y llegué alrededor de las 8 de la mañana del día siguiente.”
Aunque Miguel pudo explicar en su trabajo la situación por la que pasó y le permitieron no presentarse a trabajar, la preocupación de su madre también crecía conforme pasaban las horas. Aunque Miguel pudo comunicarse para decirle la situación, la intriga sobre en qué momento podría regresar a casa mantenía en vigilia a su madre.
"Pues mi mamá, es la más preocupada, este, no durmió porque me estaba esperando. Te digo, por suerte le pude avisar a a la madrugada, pues pidiéndole prestado a a un pasajero teléfono para una llamada rápida y avisarle que estábamos bien, que estábamos en el en el camión".
Lo más complicado, según el afectado, fue la total ausencia de autoridades y la falta de comunicación, la sensación de abandono por parte de las autoridades se hizo presente toda la noche.
"La zona de la Maceta, la zona de de ahí de Concepción, siempre se inunda, entonces se pudo haber evitado. Y entendemos que hay casos fortuitos, pero, pues, también cuenta mucho la la comunicación, ¿no? Cómo pasamos toda la noche en el camión, y ni siquiera un un tránsito en moto se acercó a decirnos qué estaba pasando, o sea, no sabíamos nada, creo que fue lo que más molestia causó."
La inundación en las inmediaciones de San Pedro Tlaquepaque y Tlajomulco de Zúñiga será una noche que ha dejado decepcionados a muchos trabajadores y ciudadanos, que siguen esperando soluciones para una ciudad que sigue creciendo y que las vialidades se ven entorpecidas durante el temporal de lluvias.
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