En 2014, la cúpula de las Fuerzas Armadas de Brasil puso en marcha un plan secreto para recuperar el poder por la vía de las urnas, con el ultraderechista como su ariete.
El candidato Jair Bolsonaro ganó la primera vuelta de las elecciones presidenciales con 45 por ciento de votos, y se enfrentará en la segunda con el candidato, Fernando Haddad.
Puntero en los sondeos para la primera vuelta, el candidato ultraderechista capitaliza el descontento de un amplio sector de la población sin esconder su misoginia, racismo, homofobia y nostalgia por la dictadura militar.