El presidente estadounidense dijo que su país iba a proteger los campos petrolíferos sirios y le dio la razón al Pentágono, que sostenía que una retirada total podría revivir a la organización Estado Islámico.
En un inicio la postura del Pentágono era totalmente opuesta, pues negaron cualquier tipo de cooperación con el Congreso para comenzar las averiguaciones.
La amenaza llega después que el Pentágono informó que el domingo 18 de agosto realizó un ensayo de vuelo de un misil crucero convencional lanzado desde tierra.