El vocero de la Iglesia, Saulo Morelos Sánchez instó a que las prácticas de denostar, burlarse, agredir verbal o físicamente al prójimo debe desaparecer en la sociedad.
La defensa apeló para que el caso fuera desechado, argumentando inconsistencias en el debido proceso, las violaciones a los derechos humanos del líder religioso y los discursos de odio en contra de los miembros de La Luz del Mundo.