¡Pasión más allá de los sentidos! Don Pepe, aficionado sordociego del Atlas, disfruta el fútbol con ayuda de su hijo
Don Pepe demuestra que para disfrutar del futbol únicamente se necesita una cosa, el corazón.
El fútbol es una pasión que rompe barreras, un lenguaje universal que conecta a las personas más allá de los sentidos, tal como lo deja claro una entrevista compartida por la Liga BBVA MX en sus redes sociales.
La historia de Don Pepe y su hijo Adrián es el ejemplo perfecto de cómo el amor por un equipo, en este caso el Atlas, se convierte en el vínculo más fuerte entre padre e hijo, demostrando que para sentir los colores rojo y negro, solo se necesita el corazón.
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Don Pepe es una persona sordociega. Inicialmente solo era sordo, pero con el tiempo fue perdiendo la vista. Sin embargo, su condición nunca ha sido un impedimento para vivir con intensidad cada partido de sus amados Rojinegros.
La clave de esta conexión es su hijo Adrián, quien se convierte en sus ojos y oídos en la cancha, narrándole con lengua de señas cada jugada y cada emoción que se vive en el estadio.
Para Adrián, estos momentos son los más especiales en la relación con su padre. No se trata solo de describir lo que sucede en el campo, sino de transmitir la pasión del juego, logrando una conexión única entre ambos.
“La relación con mi papá junto con el fútbol es lo que más nos une a los dos. El momento donde entramos a la cancha no le digo 'Ah gol de Atlas, saque de banda, tiro de esquina'. No. Es, por ejemplo, ‘Yuca está molesto, se rompió la camisa’. Es narrarle, es vivir el partido junto con él y es en el momento donde yo siento más conexión con él”.
La recompensa a una vida de lealtad
Durante décadas, Don Pepe soportó las burlas de sus amigos, quienes constantemente le preguntaban cuándo vería al Atlas campeón. Pero su lealtad nunca flaqueó. Siempre amó al Atlas, incluso en las derrotas.
Por eso, cuando el equipo finalmente levantó el trofeo, la alegría fue inmensa. Vivió la tanda de penales con una emoción que le recordó la final perdida contra Toluca, pero esta vez, el desenlace fue diferente. Al momento del gol decisivo, la celebración fue total.
“Cuenta que la emoción de los penales le recordó el momento contra Toluca, se chinó, ‘otra vez lo mismo’. Y bueno, viendo el gol dice que no se la pensó, estaba preocupado. Por favor, pidió, lo tira, ¡ya por fin Atlas campeón! Se quitó la playera y ahora sí que lo gritó, pero lo vivió como uno más. A pesar de no ver, lo vivió como uno más”, tradujo Adrián de las manos de su padre.
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El grito que sale del alma
Aunque el gol del campeonato fue un momento cumbre, no es el único que ha hecho vibrar a Don Pepe.
Otro tanto que recuerda con especial emoción es el de Julián Quiñones contra Pachuca, una jugada que describe con claridad y que provocó uno de sus característicos festejos, un grito que le sale desde lo más profundo del alma.
Para Don Pepe, el Atlas es más que un simple equipo de fútbol; es una parte fundamental de su vida, una fuente de pasión que lo llena por completo. Su amor por los colores rojinegros es incondicional y su deseo es verlos siempre en lo más alto.
“Atlas es lo más bonito, es mi corazón, es lo que más me apasiona, lo que más me emociona, lo que más me llena”, concluyó Don Pepe.
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